Esta
vez voy a contarles sobre nuestro viaje a Oporto, Portugal, lugares
visitados, mi experiencia y puntos de vista.... Oporto es una ciudad
que despierta sensaciones dormidas, nostalgia, sorpresa, melancolía,
paz, toda una mezcla que hacen que uno sienta que esta descubriendo
lo que ya ha sido descubierto, la llamé la ciudad gris de techos
naranjas, la ciudad de los puentes, de sus barcas en el Duero, de sus
gaviotas que no descansan, de azulejos y balconcillos pequeños... de
olor a madera y sal, de atardeceres sublimes.
Viajamos
en Ryanair, el vuelo super rápido y el paisaje incomparable, muy
verde, de montañas majestuosas atravesadas por ríos, de hecho la
mayor parte del viaje es sobrevolando al Duero, hermoso río.
Llegamos
a las 9 al aeropuerto Francisco Sá Carneiro de Oporto. Este, a pesar de ser
pequeño sorprende por su modernidad y estilo. En
2010
se
clasificó como el segundo mejor aeropuerto de Europa y como el sexto
mejor aeropuerto del mundo de hasta 5 millones de pasajeros.
En la oficina de información te dan una atención excelente, muy
amables te suministran mapas y te ayudan a encontrar lo que desees.
Aquí
mismo puede cogerse el metro que pasa por la estación Trinidade,
justo en el centro, donde confluyen todas la líneas. En nuestro
caso tomamos el bus 602, que nos dejaba cerca del hotel. El star inn
porto, a 14 km del aeropuerto y a 20 min del centro en bus, con buena
comunicación 2 autobuses 304 y 301, y el 300 hasta el hospital Sao
Joao donde puedes coger el metro. Si tienes coche hay parking
gratuito, lo único si vas a estar fuera todo el día y no tienes
coche, regresa antes de las 21 horas pues aun no se por que pero en
Oporto a esa hora apenas encuentras gente en la calle, sera que
duermen temprano??? y los autobuses escasean, consejo si eres cliente
habitual del Ibis hay uno justo al lado de la universidad, donde hay
metro y ese si funciona hasta mas de las 24 horas. En sentido general
el hotel está bien, limpio y económico.
El
día de la llegada luego de desayunar en el hotel salimos a conocer
la ciudad, fuimos en el metro, nos quedamos en la estación de
Aliados que esta justo en la avenida que lleva su nombre, presidida
por el imponente Conselho o Ayuntamiento, esta
parte es conocida como Baixa, con
la Plaza
da Liberdade es
lo que vendría a ser la plaza central
de Oporto,
todos los edificios blancos que rodean esta plaza son de finales del
siglo XIX o principios del XX, hechos con majestuosidad modernista.
Aquí caminamos hasta el mercado de Bolhao, lugar que ha quedado
detenido en el tiempo, con sus puestos de flores, frutas, pescados es
un centro importante de comercio, activo desde 1914. Caminando entre
sus estrechos pasillos puede uno dejarse llevar y ensoñarse en como
habría sido la vida en Oporto hace 50 años o más. Esquivando
toldos para el sol y pregones de vendedores se pueden encontrar
además de productos frescos para comprar, gran cantidad de
artesanías, así como algunos puestos para comer, lo cuales a pesar
de su aparente simplicidad y
hasta aspecto descuidado cuentan con notas de recomendación en mas
de 10 lenguas diferentes dejadas por sus visitantes a largo de los
años. Hubiese sido bueno probar algo allí pero la hora no era la
ideal.
Saliendo
de Bolhao, por la rua Fernandes Tomas llegamos a la rua de Santa
Catarina, justo en esta esquina está la Capela das Armas que fue
nuestro primer encuentro las cubiertas de azulejos azules. Construida
a principios del siglo XVIII fue vestida su cubierta en 1929 por el
ceramista Eduardo Leite, donde se recrean escenas biblicas, claro
luego descubres que hay muchas iglesias como esta en la ciudad e
incluso fuera, también la mayoría de las casas tienen el frente
vestido de azulejos y el arte de representación en azulejos puede
verse también en el salón de espera de la estación de Sao Bento,
sin palabras...
Continuamos
camino cuesta abajo, pasando por el famoso y tan recomendado café
Majestic, que según cuentan fue durante mucho tiempo sitio de
reunión concurrido por diversas personalidades influyentes en el
panorama portense. Mas abajo la iglesia de San Idelfonso, también de
fachada con azulejos azules a la cual no pudimos entrar por estar en
reparación. Doblando por la rua 31 Janeiro puede divisarse la
capilla dos Clégicos en la distancia, cuya torre puede observarse
desde varios puntos de la ciudad. Pasamos por la estacion de Sao
Bento, aquí entramos e hicimos investigaciones pertinentes para
futuros viajes a Guimaraes, Braga o Aveiro, a estas alturas no
teníamos totalmente decidido los destinos.
Bajando
por la rua de las Flores fuimos buscando la Ribeira, entre
callejuelas estrechas repletas de edificios, casi descoloridos, pero
de aspecto nostálgico, algunos hasta abandonados. Arribamos
precisamente por la plaza de la Ribeira, aquí encontramos un
panorama encantador, el río cruzado por el puente Luis I, las
coloridas casas de la Ribeira con sus bodegas, que hoy funcionan como
restaurantes y la maravillosa vista de la Gaia, la población que se
situa en la ribera opuesta del Duero y alberga las mas famosas
bodegas de vino de Oporto, sus barcas ancladas en el muelle y el
monasterio de la Serra do Pilar, sobre el puente.
Ya
estábamos en horario de comida, así que buscamos un restaurante de
esta misma calle que había sido recomendado en un blog por otros
viajeros anteriores, el Filha da Mae Preta en el número 39 de la
Ribeira, aceptamos las bolinhas de bacalau que dan como entrantes y
que se cobran y pedimos arroz con freixao y costeletas de porco,
acompañado de ensalada y vino blanco de la casa, muy abundante y
deliciosa, con la brisa del rio, la vista y la comida te extasías de
una forma tal que no deseas de ninguna forma abandonar el sitio. Al
terminar decidimos tomar el funicular para subir hasta la parte alta
de la ciudad, aquí volvimos a la estación Trinidade para dirigirnos
al estadio do Dragáo al cual se llega por la líneas A, B o E y es
visita obligatoria para nosotros pues mi cari siempre que visita una
ciudad trata de ir a su estadio y más este que es especialmente
importante, fue
inaugurado el 16
de noviembre
de
2003
en
un partido amistoso con el FC
Barcelona y en él
se desarrollaron cinco partidos de la Eurocopa
2004. Es la sede actual del Porto FC.
Segundo
día, objetivo: Recorrer la mayor parte de los sitios del centro, así
que salimos temprano en la mañana, quedándonos en la estación de
Trinidade pasamos por la iglesia, donde tomamos algunas fotos y de
aquí directo al mercado de Bolhao lugar que escogimos para
desayunar, unas exquisitas tostas con mantequilla para mí, de jamón
y queso para cari, ambas con zumo, ufff delicioso. Volvimos al
ayuntamiento, bajando por la avenida de los Aliados hasta la plaza da
Liberdade en su centro una estatua del rey Pedro IV, aquí doblamos a
la derecha hasta Igreja Dos Clégicos, subimos a la torre desde donde
puede divisarse toda la ciudad y parte de la Gaia, viendo sus tejados
con claraboyas en forma de pequeñas cúpulas, cuando estás aquí te
das cuenta que vale la pena subir los 200 escalones, luego visitamos
la iglesia, donde encontramos una imagen de San Judas Tadeo. Al salir
atravesamos el campo dos Mátires da Pátria, bordeando el edificio
de la universidad de Oporto llegando a la praza Carlos Alberto donde
degustamos un café con empanadas de porco por apenas 2 euros, muy
barato como casi toda la comida que tuvimos. Tomamos un descanso y
tomando la rua Carmo entramos en la igreja das Carmelitas, bajamos
hasta la Livraria Lello, un lugar que no debe pasarse por alto,
construida a principios del siglo XX tiene la primera escalera de
concreto fundido en forma de 8 y parece ser de madera!! con sus
estantes de madera tallada y sus carros de línea para transportar
los pesados libros. Según cuentan aquí han sido rodadas escenas de
numerosas películas como Harry Potter. Además en la planta alta
exponen orgullosos una ampliación de un artículo del diario español
El Mundo, interesante crónica donde el autor relata su sorpresa al
descubrir la realidad de Oporto y menciona este sitio como uno de los
lugares mas significativos que encontró. Bajamos y luego cuesta
arriba por la rua Caldeireiros, hasta tomar la rua Sao Bento Vitória
hasta mirador Vitória, que fue el patio privado de la casa que está
aquí y que está abierto al público actualmente, algo desaliñado,
pero con una vista bonita al río Duero desde las alturas.
Seguimos
bajando por callejuelas hasta el Mercado Ferreira Borges, frente al
palacio da Bolsa, uno de los lugares más importantes de la ciudad,
según cuentan fundada hace dos siglos por comerciantes portenses que
ansiaban obtener mayor protagonismo frente a los lisboetas. Este
edificio sirvió a dicho fin hasta los primeros años del siglo 21
donde como parte la integración de Portugal en la Unión Europea el
mismo fue unificado a otros paises y actualmente se encuentra en
Bruselas. Aquí decidimos no entrar pues la hora de la visita en
español había pasado, pero parece bastante interesante visitar sus
diversas salas que recrean diferentes épocas y culturas.
Justo
a un lado esta el complejo Igreja de San Francisco de Asís, muestra
del lujo y el poderío de la clase adinerada de la ciudad y devotos
de los franciscanos a quienes fueron donados estos terrenos. Toda la
cubierta de madera policromada vestida de oro, tan ostentoso que
llegados los primeros años del siglo 20 se decidió que en una
ciudad donde la pobreza era algo tan habitual no podía darse misa en
un templo tan lujoso y quedo relegado a lugar de exhibición. Justo
aquí, visitamos las catacumbas que funcionaron como cementerio para
los militantes de la orden franciscana hasta que una ley
dispuso
que no podían realizarse enterramientos en las iglesias. Están
ubicadas justo debajo de la casa museo donde habitaban los monjes y
tienen un aspecto sobrecogedor y espeluznante.
Este
día, nuestra elección para la hora de la comida fue explorar la
ribera opuesta del Duero. Cruzamos el puente Luiz I (obra de la
oficina de Gustavo Eiffel al igual que otro puente en Oporto) hasta
Vila Nova da Gaia paseamos por la Ribeira de la Gaia desde donde se
puede apreciar que la vista era más hermosa aún desde este lado.
Comimos en Beira Río, en la terraza, sardinas a la braza,
acompañadas por patatas cocidas, además de probar la famosa
francesinha plato tipico que consiste en varios tipos de carnes
cubiertas por dos panes, y queso fundido aderezado con una salsa
típica, muy rico.
Aprovechando
estar en la Gaia una visita que se imponía era a una cava de vino.
Escogimos la Ramos Pinto que además de visita a la cava, incluía un
paseo por el museo donde se cuenta la historia del pintoresco
fundador de esta cava que uso métodos de marketing totalmente
adelantados a su época para dar a conocer su producto. Además al
finalizar el recorrido pudimos catar un blanco y un tinto muy ricos
ambos. Totalmente recomendada esta cava.
Para
acabar el ajetreado día, tomamos el autobús 500 con rumbo a
Matosinhos que es un municipio que colinda al norte con Oporto y
posee playas muy concurridas. El recorrido va bordeando el río y
permite disfrutar de su discurrir antes de llegar al mar, pudiendo
verse a lo lejos el castillo de Foz. Al llegar a Matosinhos cruzamos
el puente con rumbo a Leca da Palmera, donde nos habían recomendado
unas piscinas naturales muy chulas. La playa tiene vistas muy bonitas
aunque un poco frías para nuestro gusto a pesar de estar en pleno
julio. Aquí termino nuestro segundo día, escuchando el canto de las
gaviotas, mojándonos los pies en las aguas y viendo el atardecer.
Para los días siguientes teníamos planeados hacer excursiones a
algunas de las ciudades vecinas de las cuales habíamos escuchado
muchas recomendaciones pero eso ya es otra historia.