martes, 4 de agosto de 2015

Un paseo por la Serra da Estrela

El Parque Natural de la Serra da Estrela, la mayor área protegida de Portugal, contiene la máxima altura (Torre. 1995 m) y la única estación de esquí del país. En el nacen los principales ríos de Portugal, como son el Zezere, Mondego, y Alva. Todo es grandioso y hermoso, así como sus ciudades y sus pueblos con encanto.

Comenzamos nuestro viaje en Guarda, una de las ciudades más importantes de esta región, que posee uno de los patrimonios más bellos y mejor conservados del país. Fundada por el rey Sancho I resalta su hermosa catedral, sus murallas, iglesias, y antiguo barrio judío, todo perfectamente integrado con el contexto actual.

Para alojarnos escogimos el hotel Santos, muy cerca de la Torre de los Herreros y que nos sorprendió con la combinación de estilos arquitectónicos, integrado en los muros de la antigua muralla, sin dejar de mencionar la amabilidad de los anfitriones y su buena localización, muy céntrico. Sin dudas lo recomiendo.

La Sé Catedral de Guarda, ubicada en la plaza principal de la ciudad comparte esta con el solar de los Póvoas, el edificio de los Balcones y la antigua casa del Ayuntamiento. Su construcción se inicia en el año 1390, pero dada la magnitud del proyecto el edificio se terminó en pleno contexto manuelino. El interior es de estilo Gótico, resaltando el retablo de la cabecera del altar, tallado en piedra de Ança, que representa episodios de la vida de Cristo.

Sé Catedral de Guarda
Disfrutar de un café en la Plaza Vieja
Queríamos conocer un poco la región, así que nos dirigimos a la oficina de información que se encuentra en el solar de los Póvoas donde nos recomendaron visitar algunos pueblos de la región de la Beira. 

Partimos hacia Sabugal, que le da nombre al municipio vecino a Guarda, y que por su posición fronteriza fue de vital importancia en la época medieval, dan muestra de ello el castillo de Vilar Maior (prerrománico del siglo XI) , el de Sortelha (románico siglo XII - XII) y la fortificación de Vila do Touro (comenzada en siglo XII, inacabada).

Sabugal destaca por su castillo que fue modificado y mejorado a lo largo de los siglos, muy bien conservado en su exterior. Desde su torre puede observarse la belleza del paisaje, marcado por el río Coa, que le confiere verdor y frescura, en contraste con las casas de teja de barro en los tejados y granito con pizarra en las paredes y balcones.


Castillo de Sabugal 
Vistas desde el Castillo


Aquí descubrimos la guía de los 12 pueblos históricos de Portugal, entre los que se encuentra Sorthela, al cual nos dirigimos. En el camino nos encontramos con un desfile de coches de todas las épocas, al frente de la caravana uno de bomberos que atraía a todos los vecinos con su corneta. Así que nos tocó toparnos con ellos en cada uno de los siguientes pueblos que visitamos... casualidades de la vida.

Sorthela nos sorprende a todos por su villa medieval conservada entre muros y su torre del homenaje que promete proteger de los grande gigantes de piedra que la acechan.



Sorthela
La visita por sus callejuelas permite al forastero volver a siglos pasados, por entre las sepulturas medievales, junto a la picota manuelina o delante de la iglesia renacentista.


Casas medievales
Castillo y plaza de Sorthela
Para concluir la excursión del día nada mejor que Belmonte, cuna del descubridor de Brasil, Pedro Alvares Cabral, y en donde encontramos el Centro Interpretativo del Descubrimiento del Nuevo Mundo.
La presencia de una Sinagoga comprueba la existencia de una comunidad judía viva, numerosa y activa. Desde finales del siglo XIII se conoce de la presencia de judíos en Belmonte, al igual que en otros pueblos de la región; sobre todo después de la expulsión de estos del reino de Castilla por la reina Isabel; también cuenta con el museo del Judaísmo.
Sin duda alguna fue un enclave importante en la afirmación del poder de D. Sancho I, por las magnitudes de la torre de su castillo medieval, toda una fortaleza que fue transformada y utilizada durante siglos. Se destaca una ventana de estilo manuelino de la primera mitad del siglo XVI. Actualmente el edificio tiene funciones turísticas y culturales, se construyó un anfiteatro al aire libre y la torre contiene un museo de la historia de la región y el castillo.
 
Castillo de Belmonte

Y entre castaños, pinos y la giesta amarilla regresamos a Guarda, para descansar y disfrutar de la deliciosa comida a la que nos tienen acostumbrados los amigos portugueses.


Giesta amarela

jueves, 17 de abril de 2014

El Castillo de la coracera y los toros de Guisando

A 60 km de Madrid puede visitarse el castillo de la Coracera. Lindando con la provincia de Ávila, enclavado en la población de San Martín de Valdeiglesias es un ejemplo de una fortaleza del siglo XV en muy buen estado de conservación. Construido en 1431 por órdenes de Álvaro de Luna con motivo de dar cobijo a los nobles que frecuentaban la zona para ir de cacería. A lo largo de los siglos ha tenido diferentes propietarios entre ellos los duques del infantado, Gonzalo Chacón cronista de los reyes católicos o la familia Corcuera de quien se dice deriva el nombre que hoy tiene al producirse un error tipográfico al inscribir el nombre en un folleto de la epoca. En el año 2003 parte del mismo fue adquirido por el ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias que en unión del otro propietario crearon la Fundación Castillo de la Coracera, que trabaja en función de la conservación del castillo, así como en la promoción del municipio como destino.

El castillo de la Coracera
El castillo de la Coracera
Posee una forma cuadrangular con cuatro torres en cada esquina, destacando la del homenaje. Tiene un patio de armas, donde se encuentra ubicada actualmente la oficina de atención al visitante. De igual forma en la visita se puede subir a la muralla, o apreciar la transformación de algunos salones en modernas salas de conferencias o en un museo del vino. Como curiosidad histórica puede decirse que de aqui partió Isabel la católica al encuentro con su hermanos Enrique IV donde este habría de prometerle su sucesión en la corona de Castilla. El encuentro tuvo lugar en el enclave conocido como Toros de Guisando a unos 3 kilómetros del lugar y que debe su nombre a 4 esculturas del período íbero erigidas con el fin de demarcar las zonas de pastoreo y posteriormente reagrupadas por los romanos en su ubicación actual.

Toros de Guisando
Toros de Guisando

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El Castillo de Mombeltrán

El poblado de Mombeltrán en plena Sierra de Gredos, Ávila y bajo la vista del impresionante pico Almanzor es un interesante destino para una visita-excursión de un día desde Madrid. 

Fachada del Castillo de Mombletrán
Fachada del Castillo de Mombletrán
De este sitio se cuenta que históricamente tuvo un atractivo singular pues constituía un paso obligado en el camino de los pastores que desde tierras extremeñas se movían con su ganado en verano buscando el alimento en los pastos fértiles de la Sierra. De esta forma fue el señorío de afamados personajes como Alvaro de Luna mano derecha del rey Juan II de Castilla y mas tarde de Beltran de la Cueva, duque de Albuquerque quien llegó a tener por tan suyo este pueblo que hasta modifico su nombre a antiguo, de Colmenar de Arenas por el de Mombeltrán. 


Se cuenta que este noble de origen andaluz fue traído a la corte de Castilla por Enrique IV quien habiendo pasado largos años guerreando en tierras del sur, entabló amistad con Diego Fernández de la Cueva, padre de Beltrán  quien puso a disposición del rey todos sus recursos. Como gesto de agradecimiento el monarca trajo consigo al volver a uno de los hijos del noble haciéndolo parte de su corte y poco a poco convirtiéndolo en protagonista de su reinado, concediéndole varios señoríos en tierras de Castilla. Fue así que Beltrán de la Cueva de quien también se dice que le devolvió el favor a Enrique engendrando su única hija, dando lugar al nombre histórico de la Beltraneja, siendo señor de esa tierra decidió edificar su castillo en lo alto de una colina, bordeado por un río, de forma que podía dominar todo el valle. 


Torre del Castillo
Torre del Castillo

Este tiene una base rectangular con torres angulares en cada uno de sus extremos que hoy por hoy constituyen una fachada bastante bien conservada. Si se visita puede comprobarse que las almenas que discurren de una torre a otra están intactas. De esto se dice que es un indicio de que la edificación nunca sufrió asedio debido a que esta estructura constructiva era utilizada para repeler las escaladas enemigas por la pared, sufriendo gran deterioro en el caso de que por la misma fuesen introducidos maderos con objetivo defensivo. De la misma forma en algunos puntos, puede deducirse que la estructura inicialmente contó con un foso que posteriormente fue rellenado por un heredero del Duque de Albuquerque cerca de 200 años después de su construcción toda vez que el mismo perdiera su carácter de fortaleza defensiva y pasara a ser simplemente una residencia. De esta reforma realizada por Francisco Fernández de la Cueva, también data la eliminación del puente levadizo y la portada renacentista que claramente es discordante con el estilo principalmente gótico del resto de la edificación.


Interior del Castillo de Mombletrán
Interior del Castillo de Mombletrán
Avanzando hacia el interior se descubre un patio de armas y varias estancias, un tanto mas deterioradas que las partes externas. Es curioso como pueden apreciarse claramente rasgos constructivos pertenecientes al mudéjar que son claramente explicados por la influencia árabe de su propietario al vivir en tierras del Sur.



De igual forma la torre derecha de la fachada posterior carece de protección en su parte alta debido a que allí los mozos del duque solían practicar la caza con halcones, costumbre también proveniente de tierras andaluzas. 


Techo con forma octogonal, número que los arabes consideraban sagrado
Techo con forma octogonal, número que los árabes consideraban sagrado

Analizando las estancias que dan a la fachada posterior pueden apreciarse ventanas que han sido modificadas luego de la conversión de fortaleza en vivienda. Una fortaleza no podía permitirse tener ventanas demasiado grandes ya que la hacía blanco fácil tanto de escaladores como de objetos lanzados envueltos en llamas para prender el interior. 
Caminando hacia la torre posterior izquierda puede descubrirse un pozo ciego. Este instrumento de tortura típico de la Edad Media y presente en la historia desde la antigua Roma consistía en un agujero con una profundidad tal que la persona que cayese en el no muriese por el impacto, sino que agonizase en el mismo, probablemente con mas de un hueso roto.

Rasgos de la influecia árabe
Rasgos de la influencia árabe
Volviendo por el lado izquierdo, puede verse una salida al exterior sobre la cual están tallados los escudos del Duque y su primera esposa Mencía de Mendoza, heredera del poderoso linaje marcado por su apellido y una de las tres que tuvo Beltrán. Llegando a la torre delantera izquierda, aun queda testimonio de la perfección defensiva del castillo. La misma en su interior cuenta con una estancia destinada al dueño que sin duda era otra fortaleza dentro de la fortaleza. Esta solo podía ser accedida a través del trecho, contando con un puente levadizo para en caso de ser levantada dejarla asilada del resto de la edificación. 

Agujero Saetero para disparar con ballesta
Agujero Saetero para disparar con ballesta

Una vez dentro, en caso de peligro, se contaba con numerosas provisiones para resistir incluso meses y con una temperatura agradable. A todo esto sumar que cuenta con numerosos agujeros para ballestas para eliminar a cualquier peligro que se acercara.
Cuenta la historia que por una de las ventanas, pasaba los días asomada la reina Juana La Loca, quien pasó una temporada aquí, de todo su período recluida.
Ventana de Juana La Loca
Ventana de Juana La Loca


El recorrido al castillo puede ser 
cumplimentado con una ruta de senderismo por la zona, un baño en el río o en las numerosas posas naturales que en el se encuentran o una comida en el pueblo.

Para realizar la visita al mismo, dada su condición de privado, es necesario concertar el guarda que lo abre a los visitantes y gustosamente expone a ellos su saber acumulado durante mucho tiempo.


martes, 10 de septiembre de 2013

Soria de principio a fin

Soria es una región ideal para visitar por el viajero ávido de sensaciones diferentes. Este paraje desconocido para muchos de nuestros amigos a quienes pedimos recomendación, finalmente acabó siendo una mezcla de sitios naturales, historia y hasta poesía que hicieron nuestra estancia allí muy placentera.

Llegamos desde Madrid tomando primero la A1 y luego la N110. Nuestro primer alto en el camino fue el pueblo de San Esteban de Gormaz. Esta localidad enriquece su historia contando que dio refugio a las hijas del cid, quienes al ser ultrajadas por sus esposos los infantes de Carrión en Castillejo de Robledo, fueron rescatadas por su padre y puesta a buen resguardo aquí. Incluso algún pueblerino nostálgico puede llegar a contarte que el autor del cantar era oriundo de esta tierra. Posee un encanto especial que se siente al recorrer sus calles estrechas donde pueden descubrirse escudos heráldicos en muchas de sus casas, cual pueblo medieval. Son de resaltar aquí sus dos iglesias de San Miguel y del Rivero  fieles al estilo románico con su entrada porticada que recuerda muchas otras ya vistas por nosotros como la de San Millán de Segovia y la de San Vicente de Ávila.


Iglesia de San Miguel San Esteban de Gormaz Soria
Iglesia de San Miguel, San Esteban de Gormaz


De esta primera se dice que estaba en construcción en los tiempos del Cid y que sea posiblemente una de las iglesias románicas más antiguas de cuantas en España se conservan. Precisamente en San Esteban, puede visitarse un parque con las muestras del románico en Castilla y León donde pueden verse miniaturas de estos y otros monumentos de este período. Justo premio para Soria que sin dudas constituye un museo viviente del arte románico. Antes de abandonar San Esteban es recomendable visitar los restos del castillo ubicados en un cerro que domina la población. Allí mirando desde las alturas, uno puede hacerse participe de su milenaria historia siendo testigo mudo de las luchas de moros y cristianos por hacerse con su dominio.


Vista panorámica de San Esteban de Gormaz
Vista Panorámica de San Esteban de Gormaz, con los restos del castillo en el fondo


Dejando San Esteban por a poca distancia nos encontramos con el Burgo de Osma, ciudad amurallada que creció en torno a su catedral. Visitándola pudimos ser participes de sus fiestas y de su graciosa tradición de que los niños huyen a toda velocidad por sus calles perseguidos por un enmascarado.
Muralla y Catedral de El Burgo de Osma
Muralla y Catedral de El burgo de Osma
El Burgo de Osma
El Burgo de Osma

En sus cercanías esta el yacimiento de la ciudad celtíbera Uxama que puede ser visitado y cuenta con un aula arqueológica, y mas al norte el pueblo medieval de Ucero. Estos nos los apuntamos para una próxima visita.

Siguiendo nuestro recorrido a la capital, pasamos por Calatañazor, lugar que realmente merece mucho la pena visitar. Tuvimos referencia de él a través de este articulo que lo cataloga entre los 10 pueblos con más encanto de España junto a Patones de arriba en el que ya hemos estado.
Calatañazor Soria
Calatañazor, Soria

De aspecto medieval, parece totalmente detenido en el tiempo, con calles empedradas y casas de adobe, situadas en una colina a la usanza de las poblaciones que buscaban la protección de sus enemigos en las barreras naturales. En vistas a esto, también tiene un castillo que domina su punto mas alto y una iglesia que es a la vez museo de la localidad. Se dice que en Calatañazor, Almanzor perdió el tambor en referencia a que se cree que fue aquí donde finalmente fue derrotado el temible guerrero y posteriormente trasladado a Medinaceli donde reposan sus restos.

Ya casi extenuados llegamos a Soria y fuimos en busca de nuestro hotel El Cadosa, situado a 5 km de la ciudad. Resulto el típico hotel de paso, en el que solo se va a dormir y viendo esto y a pesar de haber reservado con bastante anterioridad nos pareció bastante caro. Una simple exploración en internet basta para comprobar que en Soria capital no existen muchas más opciones donde escoger, siempre y cuando no se opte por visitar alguno de los privilegiados paradores con que cuenta la ciudad.

Al otro dia, con las pilas recargadas enfilamos hacia el yacimiento de Numancia, que fue una de nuestras motivaciones en este viaje. La leyenda de la ciudad celtíbera que resistió durante mas de 20 años el ataque de los romanos y que finalmente sucumbió ante el sitio del general Escipion y cuyos habitantes prefirieron inmolarse en una hoguera gigante a ser esclavos nos tenia cautivados desde hacia tiempo.
Numancia
Numancia

La visita puede hacerse por menos de 5 euros incluyendo un guía, arqueólogo del yacimiento que explica con todo lujo de detalles las distintas fases por las que paso la ciudad, los pormenores de la vida de sus habitantes y como el general romano ideo su toma, situando 7 campamentos por el valle que la rodea y extendiendo una empalizada por entre los mismos de manera que no se pudiese entrar ni salir.
Casa Romana, Numancia
Casa Romana, Numancia

También puede conocerse mediante los trabajos arqueológicos allí desarrollados, pormenores y curiosidades de la vida diaria de las poblaciones celtíberas, por ejemplo como estructuraban su casa, como enterraban a sus muertos con sus armas dobladas para que fuesen inútiles en la otra vida, o como los abandonaban tras morir en batalla, creyendo que al ser comidos por los buitres llegaban junto a Dios mas rápidamente. Sin dudarlo es una de las visitas a las que mas jugo he sacado de todas las que he ido.
Ruinas de Numancia con reconstruccion de casa celtibera al findo
Ruinas de Numancia con reconstrucción de casa celtíbera al fondo

Saliendo, si aún se quiere profundizar más en el tema, puede visitarse el aula arqueológica de Garray o el museo Numantino en la capital. Estando cerca de Soria  es muy recomendable acercarse a comer en Valonsadero, un paraje campestre donde se pueden ver animales en libertad, apreciar pinturas rupestres o degustar en el restaurante La casa del Guarda de platos típicos de la cocina soriana con muchos de sus platos basados en el cerdo, tanto que hasta puede encontrarse en el Burgo un museo dedicado a la matanza de este animal. La tarde la dedicamos a recorrer Soria capital que posee varios lugares, pero no llevan mucho más que un día de visitar. 

Puede verse la plaza mayor, la concatedral de San Pedro, la iglesia románica de Santo Domingo, los arcos de San Juan de Duero, o el instituto Antonio Machado. Precisamente Soria fue testigo de la vida de dos grandes de la poesía hispana Becquer y Machado y de este último la ciudad cuenta en voz baja, por cada uno de sus calles, los detalles del romance que tuvo con una hija de allí, Leonor, a la que doblaba en edad y que fue malograda por la muerte temprana de esta, sumiendo al poeta en una profunda depresión que lo llevo a alejarse de Soria.
Arcos de San Juan de Duero, Soria
Arcos de San Juan de Duero


Un consejo es que mientras se camina por El Collado, se debe de probar alguna de las pastas de Soria. Si tenéis suerte, algún soriano os recomendara comprar las hechas por las monjitas en el monasterio de las hermanas clarisas, junto a la iglesia de Santo Domingo. Todo una delicia. 

Otra leyenda que cuentan los orgullosos sorianos es la de San Saturio, hijo noble de la ciudad que en el siglo VI decidió donar sus bienes a los necesitados y mudarse a una cueva en las cercanías del Duero para consagrarse a la oración.
Ermita de San Saturio
Ermita de San Saturio

Su vida y milagros fueron trasmitidos al pueblo de Soria por su discípulo provocando en todos una devoción que llega hasta hoy y gracias a la cual se edifico en las margenes del río una ermita sobre la supuesta cueva del patrón, la cual se yergue a gran altura siendo un conjunto sorprendente a la vista por fuera y cautivante por dentro.

Y así termino nuestra incursión en estas tierras, habiendo hecho otra escala en Almazan, lugar con poco interés a nuestra vista y dejando para otro viaje Medinaceli, mientras volvíamos a Madrid primero por la N111 luego por la A2. Volvimos extenuados y satisfechos con lo fructífero de nuestro viaje de dos días.

martes, 20 de agosto de 2013

Descubriendo Guimaraes

A Guimaraes fuimos por casualidad. Cuando caímos en la cuenta de que 4 días eran demasiado tiempo para conocer los recovecos de Oporto, y mucho para desperdiciar de ese maravilloso país que es Portugal. Entonces, era eso, o salir de la ciudad, o pasarnos la jornada tumbados en la arena de una playa donde los únicos que se atrevían a poner un pie en el agua, eran unos surfistas que se veían realmente enamorados de su hobby.


Yo quería ir a Braga. La verdad es que al pronunciar el nombre de esa ciudad lo primero que me vino a la mente fue aquel estadio de la Eurocopa 2004, construido en lo que antes fue una cantera y pensé que una foto mia allí, con los goles de Van Nistelroy a Letonia de fondo no tendría desperdicio en mi muro de facebook. Luego vino mi cari que descubrió artículo por internet donde hablaba de la gratitud histórica que guardan los portugueses por Guimaraes y como en muchas ocasiones, me convenció a regañadientes. Le dije que ibamos, que ya si no quedaba tiempo luego, se encargaría ella solita de planificar otro viaje hasta Portugal y llevarme a ver el estadio ;-)



Partimos de la estacion de Sao Bento. El viaje en tren además de ser muy barato, tiene un paisaje totalmente recomendable, que hace olvidar por poco mas de una hora nuestras mas que habituales vistas semi-desérticas a traves de la ventana. Ya se de donde sacaron los portugueses el color de la bandera, pensé para mis adentros, mientras disfrutaba de aquel verde sin fin.



Casi desprevenidos nos sorprendio la estación y luego la ciudad. Guimaraes es así, en un principio parece sencilla y modesta, pero tiene el don de irse desenvolviendo poco a poco hasta llegar a atrapar a quien la visita, y en un principio creyó no encontrar mucho allí donde iba. Muy recomendable al llegar, bajar hacia el centro por una de las calles perpendiculares a la estación en la que puede encontrarse una oficina de turismo. Allí con esa jovialidad que caracteriza a los portugueses, una chica nos explicó  en un muy buen español, los pormenores turísticos disponibles, mientras nos hacia un croquis en el mapa.



Saliendo de la oficina de información chocamos de frente con un fragmento de lo que fue la muralla, con un cartel que pone "Aqui nasceu Portugal". 

Aqui nació Portugal, Inscripción en la muralla de Guimaraes
Aquí nació Portugal


Esto resumidamente quiere decir que aquí nació Afonso Henriques quien dadas ciertas circunstancias desafió a los ejércitos de León y a la iglesia con el fin de hacer de Portugal un reino autónomo  El lugar de su victoria mas importante sobre los ejércitos leoneses precisamente marcaba un punto en el croquis de nuestras manos, el castillo de Guimaraes. Esta es una construcción medieval de varios metros de altura, que emociona solo de saber la cantidad de historia que esconde tras sus piedras. Desde allí se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad al estar situado en una colina de la misma. El único pero que tiene es que quizás podría estar un poco mejor conservada o al menos tener una protección para no tener la posibilidad de precipitarte al vacío desde la escalera de 20 metros de alto, pero bueno, tener un monumento como ese y encima abierto gratis a los visitantes ya es un lujo como para estarse quejando tanto.
Castillo de Guimaraes
Castillo de Guimaraes



Justo a un lado del castillo esta el palacio de los duques de Braganca. Este si se cobra y si esta bien mantenido, tanto que es uno de los interiores de castillos medievales que mas me han gustado por lo real que parece. Aquí además de a la recreación de la época hay varias salas dedicadas a contar la historia de la localidad y sus personajes que no tienen desperdicio para quien guste del tema.

Iglesia de Nuestra Señora de Consolación y Santos Pasos
Iglesia de Nuestra Señora de Consolación y Santos Pasos


Para llegar a la colina, atravesamos la muralla y el centro del pueblo pasando por la Iglesia de Nuestra Señora de Oliveira y el convento de Santa Clara. Algo que sorprende de Guimaraes es lo bien conservado que están sus edificios, jardines y parques, lo cual es un verdadero contraste cuando se viene del Oporto decadente y melancólico. Quizás se debiera a que en el momento de nuestra visita la ciudad festejaba haber sido elegida como Capital Europea de la Cultura y se engalanara para tales menesteres.

Guimaraes
Guimaraes


Luego de disfrutar de una comida en la plaza central, acompañada de una caipirinha en toda regla, enfilamos hacia el teleferico de Guimaraes. En el camino descubrimos la iglesia de Sao Gualter con sus impresionantes jardines los cuales comienzan cerca de 100 metros antes de la misma. 

Curiosa fuente en Guimaraes
Curiosa fuente en Guimaraes


Esto hace que la vista se divida en tres planos las flores, luego la iglesia, luego el teleférico...Hermoso!!! La subida de cerca 750 metros altura y mas de 4km de trayecto conduce a una especie de parque urbano, que sin duda merecería una visita individual de todo un día. Por lo que pudimos ver había allí un poco para todos los gustos desde
un camping de verano, piscina, mini golf, cuevas y hasta dentro de las cuevas una capilla a nuestra Señora do Carmo y una brasería típica portugesa con una pinta tal que fue todo una pena perdérsela por falta de tiempo. 



Descendiendo de las alturas de vuelta a las calles, solo quedaba tiempo antes de la partida del tren, para retomar el plan inicial yendo al Estadio Afonso Henriques y no dejar el muro del facebook sin actualizar.

Viaje a Oporto


Esta vez voy a contarles sobre nuestro viaje a Oporto, Portugal, lugares visitados, mi experiencia y puntos de vista.... Oporto es una ciudad que despierta sensaciones dormidas, nostalgia, sorpresa, melancolía, paz, toda una mezcla que hacen que uno sienta que esta descubriendo lo que ya ha sido descubierto, la llamé la ciudad gris de techos naranjas, la ciudad de los puentes, de sus barcas en el Duero, de sus gaviotas que no descansan, de azulejos y balconcillos pequeños... de olor a madera y sal, de atardeceres sublimes.

Viajamos en Ryanair, el vuelo super rápido y el paisaje incomparable, muy verde, de montañas majestuosas atravesadas por ríos, de hecho la mayor parte del viaje es sobrevolando al Duero, hermoso río.

Llegamos a las 9 al aeropuerto Francisco Sá Carneiro de Oporto. Este, a pesar de ser pequeño sorprende por su modernidad y estilo. En 2010 se clasificó como el segundo mejor aeropuerto de Europa y como el sexto mejor aeropuerto del mundo de hasta 5 millones de pasajeros. En la oficina de información te dan una atención excelente, muy amables te suministran mapas y te ayudan a encontrar lo que desees.

Aquí mismo puede cogerse el metro que pasa por la estación Trinidade, justo en el centro, donde confluyen todas la líneas. En nuestro caso tomamos el bus 602, que nos dejaba cerca del hotel. El star inn porto, a 14 km del aeropuerto y a 20 min del centro en bus, con buena comunicación 2 autobuses 304 y 301, y el 300 hasta el hospital Sao Joao donde puedes coger el metro. Si tienes coche hay parking gratuito, lo único si vas a estar fuera todo el día y no tienes coche, regresa antes de las 21 horas pues aun no se por que pero en Oporto a esa hora apenas encuentras gente en la calle, sera que duermen temprano??? y los autobuses escasean, consejo si eres cliente habitual del Ibis hay uno justo al lado de la universidad, donde hay metro y ese si funciona hasta mas de las 24 horas. En sentido general el hotel está bien, limpio y económico.

El día de la llegada luego de desayunar en el hotel salimos a conocer la ciudad, fuimos en el metro, nos quedamos en la estación de Aliados que esta justo en la avenida que lleva su nombre, presidida por el imponente Conselho o Ayuntamiento, esta parte es conocida como Baixa, con la Plaza da Liberdade es lo que vendría a ser la plaza central de Oporto, todos los edificios blancos que rodean esta plaza son de finales del siglo XIX o principios del XX, hechos con majestuosidad modernista. Aquí caminamos hasta el mercado de Bolhao, lugar que ha quedado detenido en el tiempo, con sus puestos de flores, frutas, pescados es un centro importante de comercio, activo desde 1914. Caminando entre sus estrechos pasillos puede uno dejarse llevar y ensoñarse en como habría sido la vida en Oporto hace 50 años o más. Esquivando toldos para el sol y pregones de vendedores se pueden encontrar además de productos frescos para comprar, gran cantidad de artesanías, así como algunos puestos para comer, lo cuales a pesar de su aparente simplicidad y hasta aspecto descuidado cuentan con notas de recomendación en mas de 10 lenguas diferentes dejadas por sus visitantes a largo de los años. Hubiese sido bueno probar algo allí pero la hora no era la ideal.

Saliendo de Bolhao, por la rua Fernandes Tomas llegamos a la rua de Santa Catarina, justo en esta esquina está la Capela das Armas que fue nuestro primer encuentro las cubiertas de azulejos azules. Construida a principios del siglo XVIII fue vestida su cubierta en 1929 por el ceramista Eduardo Leite, donde se recrean escenas biblicas, claro luego descubres que hay muchas iglesias como esta en la ciudad e incluso fuera, también la mayoría de las casas tienen el frente vestido de azulejos y el arte de representación en azulejos puede verse también en el salón de espera de la estación de Sao Bento, sin palabras...
Continuamos camino cuesta abajo, pasando por el famoso y tan recomendado café Majestic, que según cuentan fue durante mucho tiempo sitio de reunión concurrido por diversas personalidades influyentes en el panorama portense. Mas abajo la iglesia de San Idelfonso, también de fachada con azulejos azules a la cual no pudimos entrar por estar en reparación. Doblando por la rua 31 Janeiro puede divisarse la capilla dos Clégicos en la distancia, cuya torre puede observarse desde varios puntos de la ciudad. Pasamos por la estacion de Sao Bento, aquí entramos e hicimos investigaciones pertinentes para futuros viajes a Guimaraes, Braga o Aveiro, a estas alturas no teníamos totalmente decidido los destinos.

Bajando por la rua de las Flores fuimos buscando la Ribeira, entre callejuelas estrechas repletas de edificios, casi descoloridos, pero de aspecto nostálgico, algunos hasta abandonados. Arribamos precisamente por la plaza de la Ribeira, aquí encontramos un panorama encantador, el río cruzado por el puente Luis I, las coloridas casas de la Ribeira con sus bodegas, que hoy funcionan como restaurantes y la maravillosa vista de la Gaia, la población que se situa en la ribera opuesta del Duero y alberga las mas famosas bodegas de vino de Oporto, sus barcas ancladas en el muelle y el monasterio de la Serra do Pilar, sobre el puente.

Ya estábamos en horario de comida, así que buscamos un restaurante de esta misma calle que había sido recomendado en un blog por otros viajeros anteriores, el Filha da Mae Preta en el número 39 de la Ribeira, aceptamos las bolinhas de bacalau que dan como entrantes y que se cobran y pedimos arroz con freixao y costeletas de porco, acompañado de ensalada y vino blanco de la casa, muy abundante y deliciosa, con la brisa del rio, la vista y la comida te extasías de una forma tal que no deseas de ninguna forma abandonar el sitio. Al terminar decidimos tomar el funicular para subir hasta la parte alta de la ciudad, aquí volvimos a la estación Trinidade para dirigirnos al estadio do Dragáo al cual se llega por la líneas A, B o E y es visita obligatoria para nosotros pues mi cari siempre que visita una ciudad trata de ir a su estadio y más este que es especialmente importante, fue inaugurado el 16 de noviembre de 2003 en un partido amistoso con el FC Barcelona y en él se desarrollaron cinco partidos de la Eurocopa 2004. Es la sede actual del Porto FC.


Segundo día, objetivo: Recorrer la mayor parte de los sitios del centro, así que salimos temprano en la mañana, quedándonos en la estación de Trinidade pasamos por la iglesia, donde tomamos algunas fotos y de aquí directo al mercado de Bolhao lugar que escogimos para desayunar, unas exquisitas tostas con mantequilla para mí, de jamón y queso para cari, ambas con zumo, ufff delicioso. Volvimos al ayuntamiento, bajando por la avenida de los Aliados hasta la plaza da Liberdade en su centro una estatua del rey Pedro IV, aquí doblamos a la derecha hasta Igreja Dos Clégicos, subimos a la torre desde donde puede divisarse toda la ciudad y parte de la Gaia, viendo sus tejados con claraboyas en forma de pequeñas cúpulas, cuando estás aquí te das cuenta que vale la pena subir los 200 escalones, luego visitamos la iglesia, donde encontramos una imagen de San Judas Tadeo. Al salir atravesamos el campo dos Mátires da Pátria, bordeando el edificio de la universidad de Oporto llegando a la praza Carlos Alberto donde degustamos un café con empanadas de porco por apenas 2 euros, muy barato como casi toda la comida que tuvimos. Tomamos un descanso y tomando la rua Carmo entramos en la igreja das Carmelitas, bajamos hasta la Livraria Lello, un lugar que no debe pasarse por alto, construida a principios del siglo XX tiene la primera escalera de concreto fundido en forma de 8 y parece ser de madera!! con sus estantes de madera tallada y sus carros de línea para transportar los pesados libros. Según cuentan aquí han sido rodadas escenas de numerosas películas como Harry Potter. Además en la planta alta exponen orgullosos una ampliación de un artículo del diario español El Mundo, interesante crónica donde el autor relata su sorpresa al descubrir la realidad de Oporto y menciona este sitio como uno de los lugares mas significativos que encontró. Bajamos y luego cuesta arriba por la rua Caldeireiros, hasta tomar la rua Sao Bento Vitória hasta mirador Vitória, que fue el patio privado de la casa que está aquí y que está abierto al público actualmente, algo desaliñado, pero con una vista bonita al río Duero desde las alturas.

Seguimos bajando por callejuelas hasta el Mercado Ferreira Borges, frente al palacio da Bolsa, uno de los lugares más importantes de la ciudad, según cuentan fundada hace dos siglos por comerciantes portenses que ansiaban obtener mayor protagonismo frente a los lisboetas. Este edificio sirvió a dicho fin hasta los primeros años del siglo 21 donde como parte la integración de Portugal en la Unión Europea el mismo fue unificado a otros paises y actualmente se encuentra en Bruselas. Aquí decidimos no entrar pues la hora de la visita en español había pasado, pero parece bastante interesante visitar sus diversas salas que recrean diferentes épocas y culturas.


Justo a un lado esta el complejo Igreja de San Francisco de Asís, muestra del lujo y el poderío de la clase adinerada de la ciudad y devotos de los franciscanos a quienes fueron donados estos terrenos. Toda la cubierta de madera policromada vestida de oro, tan ostentoso que llegados los primeros años del siglo 20 se decidió que en una ciudad donde la pobreza era algo tan habitual no podía darse misa en un templo tan lujoso y quedo relegado a lugar de exhibición. Justo aquí, visitamos las catacumbas que funcionaron como cementerio para los militantes de la orden franciscana hasta que una ley
dispuso que no podían realizarse enterramientos en las iglesias. Están ubicadas justo debajo de la casa museo donde habitaban los monjes y tienen un aspecto sobrecogedor y espeluznante.

Este día, nuestra elección para la hora de la comida fue explorar la ribera opuesta del Duero. Cruzamos el puente Luiz I (obra de la oficina de Gustavo Eiffel al igual que otro puente en Oporto) hasta Vila Nova da Gaia paseamos por la Ribeira de la Gaia desde donde se puede apreciar que la vista era más hermosa aún desde este lado. Comimos en Beira Río, en la terraza, sardinas a la braza, acompañadas por patatas cocidas, además de probar la famosa francesinha plato tipico que consiste en varios tipos de carnes cubiertas por dos panes, y queso fundido aderezado con una salsa típica, muy rico.

Aprovechando estar en la Gaia una visita que se imponía era a una cava de vino. Escogimos la Ramos Pinto que además de visita a la cava, incluía un paseo por el museo donde se cuenta la historia del pintoresco fundador de esta cava que uso métodos de marketing totalmente adelantados a su época para dar a conocer su producto. Además al finalizar el recorrido pudimos catar un blanco y un tinto muy ricos ambos. Totalmente recomendada esta cava.

Para acabar el ajetreado día, tomamos el autobús 500 con rumbo a Matosinhos que es un municipio que colinda al norte con Oporto y posee playas muy concurridas. El recorrido va bordeando el río y permite disfrutar de su discurrir antes de llegar al mar, pudiendo verse a lo lejos el castillo de Foz. Al llegar a Matosinhos cruzamos el puente con rumbo a Leca da Palmera, donde nos habían recomendado unas piscinas naturales muy chulas. La playa tiene vistas muy bonitas aunque un poco frías para nuestro gusto a pesar de estar en pleno julio. Aquí termino nuestro segundo día, escuchando el canto de las gaviotas, mojándonos los pies en las aguas y viendo el atardecer. Para los días siguientes teníamos planeados hacer excursiones a algunas de las ciudades vecinas de las cuales habíamos escuchado muchas recomendaciones pero eso ya es otra historia.